Resumen
El 3 de junio de 2023 nos encontró recibiendo latriste noticia del fallecimiento de la Dra. Felisa Molinas, uno de los pilares del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari. Felisa se formó como médica en la Universidad de Buenos Aires, a la que tanto quiso, y a la que supo devolver con creces esos años de formación, ejerciendo su actividad exclusivamente en el ámbito público, tanto en lo asistencial como en lo académico. En los primeros años de su actividad profesional en el Instituto Lanari en la década de 1960, se desempeñó como médica clínica, participando en las recorridasde sala y en los ateneos, bajo la tutela del Dr. Julio César Sánchez Avalos. En el instituto conoció al Dr. Celani Barry, quien fuera luego su director de tesis y un gran referente para ella. Ésas fueron épocas de intensotrabajo, en las que dedicaba largas jornadas a la tarea asistencial para, a continuación, dedicar varias horas adicionales a la investigación. Desde esa época estableció estrechos lazos de amistad con sus colegas en el Instituto, constituyendo en conjunto una generación sumamente destacada en la ciencia médica argentina. Entre las muchas anécdotas que compartió con nosotros en los años de trabajo conjunto, nos contó que el Dr. Lanari, en aquellas épocas en las que no existía PubMed, preguntaba frecuentemente a los profesionales de la institución, durante las recorridas de sala, si habían leído el último trabajo en su área. Ésta era una pregunta retórica, ya que esperaba sin solución de continuidad, que el interrogado le describiera los hallazgos más relevantes de dicho trabajo. Tuvo con el doctor Lanari una relación de mutuo respeto y admiración, y tomó de su ejemplo la dedicación total a la asistencia médica, la docencia y la investigación. No es menor decir que Felisa supo abrirse camino en un ámbito que, en su época, no siempre era amigable para una mujer profesional. Lo logró con esfuerzo, inteligencia y una dedicación inclaudicable, apoyada en su capacidad de liderazgo y en el carácter firme y aguerrido que siempre tuvo. Luego de integrar el Servicio de Hematología del Instituto y de completar su formación profesional en diversos centros del exterior del país, fundó su propio Servicio, dedicado al estudio de las plaquetas y de las patologías relacionadas a las mismas, al que denominó Hematología Investigación. Este ámbito le permitió integrar la asistencia de pacientes con la investigación, no solamente la investigación clínica, sino también la básica, siendo en este aspecto pionera en algo que muchos años después conocemos como investigación traslacional. Fue respetada y querida por sus pacientes, a quienes brindó su atención sin condicionamientos. En ese Servicio que ella creó y condujo recibió a becarios, residentes y estudiantes, y a muchos de nosotros nos acompañó en nuestros primeros años del desarrollo profesional, nos dirigió en el camino del doctorado y nos incorporó en su equipo para continuar nuestra tarea profesional, dejando en todos una huella profunda. De ella aprendimos desde las técnicas de laboratorio más básicas, hasta conceptos complejos, como la forma de dirigir un servicio de Hematología en un hospital universitario. Ella nos enseñó a contar y a amar a las plaquetas, a hacer un gel de poliacrilamida, pero más que nada nos enseñó a hacernos preguntas, amar la investigación y a dedicarnos en forma responsable a la asistencia de los pacientes. Era la primera en llegar y la última en irse, siempre con el último número de la revista Blood abierto en su escritorio, del cual leía con interés los temas más diversos. Le gustaba festejar cada logro del grupo y nunca faltaron excusas para agasajarnos con helado (los llamaba los Freddo Party). Felisa tuvo, además, una actividad profesional intensa que fue más allá del Servicio de Hematología. A lo largo de su carrera de investigadora de CONICET, contribuyó al crecimiento de esta entidad dedicando tiempo y esfuerzo como integrante de diversas comisiones y como directora de la Unidad Ejecutora IDIM, UBA-CONICET. Participó activamente en varias sociedades científicas nacionales e internacionales, fue presidenta de la Sociedad Argentina de Investigación Clínica y de la Sociedad de Argentina de Hematología y contribuyó también al crecimiento del Grupo CAHT. Fue Profesora Adjunta de Medicina Interna y Subsecretaria de Ciencia y Técnica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Se relacionó con médicos, bioquímicos e investigadores de distintas áreas de las Ciencias Médicas de todo el país, disfrutando del intercambio científico y social. Además de la vida académica, siempre disfrutó intensamente de la lectura, las veladas de música clásica, las salidas con sus ahijadas, colegas y amigos. Ir de acompañante en su auto, escuchando música clásica a todo volumen, mientras recorría impetuosamente las calles de Buenos Aires para dirigirse a las reuniones de la Sociedad Argentina de Hematología, constituía una experiencia inolvidable. Conmemoramos, hoy, en suma, el trabajo de toda la vida de una destacada científica, médica, investigadora y pionera. Una mujer que fue y será siempre ejemplo para todos los que tuvimos el honor de conocerla y trabajar junto a ella.
Citas
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